Desde el techo los veo a todos, parecen que tiene vida, que son felices y que todo lo que hacen tiene una razón de ser, no es verdad, no saben nada, ni porque van o vienen, para que comen o porque respiran ¡Qué asco!
Ni el destino ni el tiempo tienen forma y se desdibujan a sí mismos, viven para pequeños triunfos, para pasajeras experiencias de placer, así se engañan unos a otros.
Lo único realmente vivo es el sufrimiento en el extremo de lo que eres.
Entonces, realmente se siente vida, todo lo demás es simulación.
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